Quién fue Aristóteles y cuál fue su pensamiento
Aristóteles nació en Estagira, Reino de Macendonia en el año 384 a. J.C. Durante su vida ejerció con éxito la Medicina y a sus 30 años se radicó en Atenas donde estudió Filosofía con el maestro Platón. Aristóteles murió de 62 años.
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Aristóteles no se limitó a repetir lo aprendido por su maestro Platón, por ello, su pensamiento se reconoce como “Filosofía aristotélica”, que se fundamenta en la observación incesante y casi universal.
Se calcula que Aristóteles tuvo unas 400 obras, sin embargo, hasta nuestros tiempos solo llegaron pocas reunidas y publicadas con el título de “Órganon de Aristóteles”. Además, escribió obras científicas, estéticas a parte de las filosóficas.
Con su pensamiento, Aristóteles construyó parte de la terminología científica y filosófica. Se le atribuye términos como: facultad, medio, categoría, máxima, motivo, fin, energía, forma y sus conceptos para el tratamiento científico. Estos conceptos se convirtieron en la columna vertebral de la Filosofía.
Era muy joven cuando fue alumno de Platón, poco antes de que el maestro muriera; pero después de su muerte, Aristóteles fundó el liceo y divulgó su propia filosofía basada en el mundo objetivo.
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Pensamiento filosófico de Aristóteles
Su pensamiento se basó principalmente en la observación de fenómenos.
Creó el “arte y método para pensar correctamente” y lo llamó “Lógica”. Y para realizar el “Órganon” se fundamentó en lo siguiente:
- En la necesidad de Sócrates de las definiciones, que explicó su maestro Platón.
- En la enseñanza de Platón sobre insistir en perfeccionar y afinar los conceptos.
- En experiencias obtenidas de la investigación en equipos de colaboradores y alumnos, con quienes revisaba las definiciones basadas en: ubicar lo definido en una propia clase y en determinar con precisión qué separa y distingue de otros seres o realidades de su misma clase.
El “Órganon” es una guía para corregir el razonamiento, donde se resalta la importancia de la lógica. Hace que muchas personas imiten al inmortal Dante cuando dijo a Virgilio: “No pensemos más en ellos. ¡Míralos y sigue!”.
Aristóteles fundó en la Humanidad la ciencia y sus progresos se deben a la Filosofía Aristotélica.
Previo a la obra de Aristóteles, era difícil distinguir la Ciencia de la Teología; porque antes, otros pensadores intentaron explicar la naturaleza a través de agentes sobrenaturales. Todo estaba lleno de dioses y estos seguían aumentando.
Sin embargo, algunos pensadores dieron los primeros pasos y Aristóteles fue quien creó el “lenguaje” que necesitó la ciencia para iniciar su desarrollo, alejándola de la Teología.
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A pesar de que Aristóteles no fue científico, ayudó mucho al avance y desarrollo de las ciencias. Él creó el lenguaje necesario para su avance y desarrollo.
Aristóteles hizo grandes aportes a la biología y construyó conclusiones que formaron enseñanzas para la Metafísica. Explica, que el ser humano tiene un impulso en su interior que nos mueve a buscar algo superior a lo que somos ahora.
Para Aristóteles todo tiene “forma” y la “realidad” que han salido de “algo” que es “su materia” y que a su vez puede ser “materia” para producir seres “superiores”.
Entonces la “forma”, es una fuerza plasmadora y no solo una configuración. Es una necesidad interior, es un impulso para moldear lo material y darle así una figura específica que tiene una finalidad, es la “realidad” hecha materia; es la suma de poderes que residen en toda cosa, para ser, actuar y evolucionar.
La naturaleza es la conquista de la materia por la “forma”, es la constante progresión y la victoria de la vida.
Aristóteles y la energía
Existe una energía universal y no es el dios simple y humano concebido.
Aristóteles afirma que para comprender esa energía como fuerza y poder, se debe preguntar primero cómo empieza la fuerza el movimiento de esa fuerza.
La materia puede ser eterna, porque tiene posibilidad de muchas formas futuras; pero ¿Dónde y cuándo comenzó este proceso de movimiento y formación que llena a todo el Universo de gran variedad de formas?
Si el movimiento tiene origen, se supone la existencia de un primer móvil inmóvil, un ser incorpóreo, indivisible, inextenso, asexuado, inmutable, perfecto y externo que no ha creado el mundo, que lo mueve como razón de todas las acciones del mundo.
Este “dios” concebido por el filósofo es Espíritu Puro, es consciente de sí mismo, es misterioso porque nunca hace algo, no tiene deseos, ni voluntad, ni objeto. Lo concibe como actividad pura, que no actúa, no desea nada; solo contempla la esencia de las cosas y puesto que él es la esencia de todo, se ocupa en contemplarse así mismo. Es un Rey que reina pero que no gobierna.
Aristóteles y el alma
El alma es el principio vital de los organismos, es la suma de sus fuerzas y procesos. En los vegetales es nutrirse y reproducirse; en los animales, es sensitivo y motor; en el ser humano es, además, la capacidad de razonar y de pensar; pero estos no pueden vivir sin el cuerpo que le da la razón de ser.
En su bello tratado: Acerca del alma, indica que el alma es aquél principio constitutivo que da cuenta de su particular configuración y funciones vitales que caracterizan al cuerpo orgánico de todo cuerpo natural organizado que se nutre, crece y se consume así mismo.
La unión del cuerpo y el alma representan la unión perfecta de “materia” y “forma”, siendo la materia el cuerpo y su forma el alma.
Aristóteles y la Ética
Todas las acciones y decisiones humanas parecen realizarse en función de un bien que se persigue, mejor dicho, de un fin, que busca el desarrollo y perfección progresiva del ser humano.
Sin embargo, al ver las acciones de la vida social o política, Aristóteles identifica que algunos fines se subordinan a otros: unos buscan a otros para alcanzar otros fines particulares.
Las virtudes éticas son el resultado de un hábito de decidir bien desde la libertad de cada cual, formada por la repetición de actos “adecuados”, que lleven al ser humano a ser lo que es, alguien pleno y autorrealizado, llegando así a su felicidad.
Fuentes
- El pensamiento de Aristóteles. Pedro A. Barboza de la Torre. Instituto de Filosofía del Derecho “Dr. José Manuel Delgado Ocando”. Universidad de Zulia.
- Aristóteles, Acerca del alma, introducción, traducción y notas de T Calvo Martínez.
- Ética Nicomáquea; Ética Eudemia, introducción por E. Lledó Íñigo, traducción y notas por J. Pallí Bonet