Este artista es original pero respeta la tradición pictórica holandesa, Gregoire mezcla el extraordinario naturalismo con un toque de irrealidad que lo acerca al surrealismo.
Se destaca por la captación de las texturas y en su obra se observa una continuación de la tradición de sus paisanos Vermeer(en sus obras más luminosas), Bruegel y El Bosco (en sus obras más oscuras).
Kenne Gregoire estudió en la academia estatal de Bellas Artes de Amsterdam durante los años 1967 a 1973 y en ese mismo año, gana el Premio Roma de plata, donde trabaja en los años 70.
Gregoire ha pintado de todo: retratos, paisajes, interiores, desnudos y naturalezas muertas. En toda su obra mezcla lo bello y lo grotesco, y lo convierte en unidad.