Las 21 pinturas de Frida Kahlo más importantes y su significado

Frida Kahlo fue una artista mexicana del siglo XX, que con su vida y obra ha logrado convertirse en todo un ícono cultural y del feminismo latinoamericano durante este siglo XXI.

En su biografía, Hilda Trujillo la describe como una de las banderas del feminismo, de la discapacidad, de la libertad sexual y de la cultura mexicana.


Sobre Frida Kahlo

Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón fue la tercera hija del fotógrafo Guillermo Kahlo, un inmigrante alemán que adquirió la nacionalidad mexicana y de Matilde Calderón. Nació el 6 de julio de 1907 y murió el 13 de julio de 1954 a la edad de 47 años.

Frida pintando en su cama

La producción de sus obras fueron inspiradas y giran en torno a su vida y sufrimiento. Creó más de 150 obras, principalmente autorretratos, donde expresó todas sus dificultades físicas por su estado de salud y emocionales por su tormentosa relación con el artista Diego Rivera.

Fue catalogada como una artista surrealista, pero prefería que se le viera como alguien que representaba su propia realidad, esto la hacía verse muy lejos de las preocupaciones del inconsciente, un concepto propio del surrealismo.

Te invitamos a conocer unas frases particulares de Frida Kahlo


Pinturas más famosas y reconocidas de Frida Kahlo

¿Cuántas pinturas hizo Frida Kahlo? Más de 150, donde la mayoría eran autorretratos. Sin embargo, en este artículo te compartimos las más conocidas y originales.

Su primer autorretrato (1926)

Frida Kahlo tenía 19 años y sufría las consecuencias físicas del grave accidente que la dejó mucho tiempo en cama. Su madre, conmovida, solicitó que le instalaran un caballete especial para que ella pudiera pintar acostada.

Así fue como Frida pudo pintar su primer autorretrato. Colocó un espejo al lado del caballete para verse a sí misma y a partir de ahí comenzó a indagar su vida a través de sus obras.

La artista nunca pretendió rendir tributo a ella misma. Al contrario, no embelleció ninguno de sus rasgos y realzó aquello considerados como “antiestéticos”. Nunca pensó que tanta sinceridad iba a ser su signo característico en el arte.

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La dama de blanco (1929)

Se desconoce a quién pertenece el retrato presente en esta pintura. Sin embargo, fue vendida en el año 2019 en Nueva York por 5,8 millones de dólares a través de una subasta.

Frida y Diego Rivera (1931)

Diego Rivera, el reconocido muralista mexicano fue su esposo y más que amor, Frida era una devota del talento de su marido; siempre lo percibió con un talento superior.

En el ensayo Frida Kahlo retrato de la artista como esposa empresaria Servando Ortoll y Annette B. Ramírez afirman que la artista no solo asumió el cuidado de su esposo, sino que impulsó su carrera artística como una empoderada empresaria del arte.

En este retrato, Diego porta en su mano derecha las herramientas básicas de un pintor; mientras tanto ella, apenas porta un traje tradicional mexicano. Sobre ellos se encuentra una ave que sostiene una inscripción con el siguiente texto: “Aquí nos veis, a mí, Frida Kahlo, junto con mi amado esposo Diego Rivera, pinté estos retratos en la bella ciudad de San Francisco, California, para nuestro amigo Mr. Albert Bender, y fue en el mes de abril del año 1931”.

Frida y la cesárea (1931)

Un año después de haberse casado, la artista tuvo que soportar el primero de sus tres abortos. El embarazo no pudo mantenerse debido a sus quebrantos de salud y requirió intervención quirúrgica.

Un año después de este triste suceso, adolorida, la artista pinta su tragedia y lo titula Frida y la cesárea. Este cuadro no fue terminado.

Las dos Fridas (1931)

Se dice, que la artista se inspiró en sus recuerdos con su amiga imaginaria a los seis años de edad. En el cuadro, expresa sus dos herencias culturales: la europea (lado izquierdo) y la indígena (lado derecho).
En esta obra, la artista expresa una conexión entre ambas Fridas a través de su corazón. Lo más particular de esta pintura es que un corazón está abierto y el otro está cerrado.

Cada una de las dos Fridas tiene características diferentes, como si se tratara de una transformación de una Frida hacia la otra.

Mi nacimiento (1932)

A través de esta obra, Frida quiso mostrar su nacimiento como si estuviera dando a luz ella misma.

La escena es particular porque cubre el rostro de la madre, pero muestra el parto en su entera naturaleza, sin tabúes ni elementos estéticos adicionales. También, se encuentra un cuadro que retrata a la Virgen de las Angustias observando el nacimiento.

En el pie de la obra, la artista pintó un pergamino abierto sin palabras. Por lo tanto, el cuadro es un exvoto inconcluso. En su estilo, ella hacía una revisión del arte de los exvotos populares, los cuales eran ofrendas a Dios que contaba a través de una imagen y un texto alusivo el milagro por el cual se agradecía.

Diego Rivera tuvo influencia en este cuadro, pues él la animaba a retratar los momentos más particulares de su vida.

Frontera entre México y Estados Unidos (1932)

La artista pintó este cuadro durante su estancia en Estados Unidos con su esposo Diego Rivera. En la obra, evoca los dos tipos de vida tan diferentes de ambos países; al lado izquierdo, México con su naturaleza y riqueza indígena; al lado derecho Estados Unidos con su capitalismo, industria e inventos.

Henry Ford hospital o la cama volando (1932)

En 1932 la artista queda embarazada, sin embargo tiene un dramático aborto y le extraen el feto en el hospital que le da título a esta obra.

Esta es una pintura muy particular por su crudeza y literalidad con la que es compuesta.

Unos cuantos piqueticos (1935)

La inspiración para esta obra, surgió de las constantes infidelidades de su esposo, que incluso, la traicionó con su propia hermana. Por otra parte, un desgarrador feminicidio ocurrido en ese entonces impactó a Frida y de ahí salió el título de su obra; pues el hombre al ser capturado por las autoridades declaró: “Solo le di unos cuantos piqueticos”, después de haberla asesinado a puñaladas.

A través de esta pintura Frida representó este crímen como alegoría a su sufrimiento ante su sentimiento de traición. Llama la atención, que la sangre del cuadro sale de la escena y se dispersa por el marco, como queriendo alcanzar la realidad del espectador.

Autorretrato con mono (1938)

Esta es una obra neoimpresionista, donde la artista se representa a sí misma con un fondo de hojas verdas y monos a su alrededor.

Autorretrato con collar de espinas (1940)

En 1939 Frida se divorció de Diego Rivera y a través de esta pintura retrata el fracaso de su relación amorosa. Utilizó símbolos naturales y los combinó con valores cristianos e indígenas.

Esta obra es muy simbólica, pues del collar de espinas cuelga un colibrí muerto, símbolo de la “suerte en el amor” según la tradición mexicana o símbolo Huitzilopochitli, dios de la guerra. Además el colibrí es acechado por un gato negro, lo cual es considerado un mal presagio.

El mono que posa sobre su hombro derecho es la representación de un macaco que le regaló Diego. El mono hala del collar haciendo que este se entierre más en su pecho.

Las mariposas y libélulas representan la resurrección y la esperanza.

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Exvoto (retablo) (1942)

En su vida, la artista coleccionó exvotos y retablos. Llegó a tener más de 400. Pero de los propios creados por la artista, este fue el primero y fue dedicada a la virgen de los dolores por salvarle la vida en el accidente que casi le cuesta la vida.

Naturaleza muerta (1942)

Esta obra fue encomendada por la Primera Dama de México, Soledad Orozco, esposa del presidente Manuel Ávila Camacho.

Esta pintura tiene un marco redondo que alude al útero materno. Adentro, se encuentran plantas y frutas que tienen una connotación erótica. Por este motivo la obra fue rechazada.

Diego en mi pensamiento (1943)

Esta pintura también es denominada Autorretrato como tehuana, en él, evoca el amor por Diego. Frida sabía de la fascinación que el pintor tenía por los atuendos mexicanos, entonces, en la obra se viste con el traje de tehuana, propia de la cultura zapoteca.

Arriba en su frente, está el retrato de su exesposo.

La columna rota (1944)

En este cuadro Frida expresa el sufrimiento inducido por las secuelas derivadas de su accidente en años pasados.

La artista representa en este cuadro la soledad de su vida. Se muestra abierta por el torso, mostrando una columna jónica, que se asocia con lo femenino, pero esta se encuentra fracturada.

Como mártir cristiana (San Sebastián), un sistema de amarres le atan la columna, soportando el dolor que ejercen los clavos alrededor de todo su cuerpo. Aunque llora, tiene una expresión impávida.

Sin esperanza (1945)

Durante su recuperación en cama, Frida sufrió de inapetencia y tuvo que ser alimentada a través de un embudo. En el cuadro la artista representa este período, mostrando un paisaje estéril, con el ciclo eterno del día y la noche para quién sufre.

El embudo, de grandes dimensiones, en lugar de contener comida procesada, tiene carnes, aves y pescados. Además, existe una calavera de azúcar decorada con motivo del día de los muertos y sobre esta, se encuentra escrito su nombre.

Detrás del cuadro la artista escribió: “No resta ni la menor esperanza en mí… Todo se mueve en sintonía con lo que el estómago contiene”.

El ciervo herido (1946)

Decepcionada tras una de sus cirugías para mejorar su columna vertebral, la artista en este autorretrato evoca a un ciervo herido en cacería. Su cara en el rostro del ciervo lleva una cornamenta y tiene unas flechas que atraviesan su cuerpo.

El abrazo del amor del Universo (1949)

En la obra, la Madre Tierra acoge a Frida en su seno y arrulla a Diego como si se tratara de un niño. En la obra, llama la atención que Diego tenga un tercer ojo.

También, muestra la dualidad entre el día y la noche. Las raíces crecen tratando de llegar al suelo. Muestra diferentes símbolos mexicanos participando de la escena, como el vestido de Frida y la vegetación representativa de México: nopales, cactus y magueyes.

En uno de los brazos de la madre tierra yace un perro de raza xoloitzcuintle, que es símbolo de la muerte, según las costumbres mexicanas.

Mi familia (1949)

Frida pinta a su familia como una especie de árbol genealógico. Este no es el único cuadro que contiene a los integrantes de su familia, pero sí incluye a la gran mayoría.

En el centro, su padre y madre, Guillermo Kahlo y Matilde Calderón. En la parte superior se encuentran sus abuelos paternos: Jacob Heinrich Kahlo y Henriette Kaufmann Kahlo; y maternos: Antonio Calderón e Isabel Gonzáles. En la franja inferior sus hermanas: Matilde, Adriana y Cristina.

Los niños sin rostro no se sabe quiénes son. Pero en el centro de esta franja hay un bebé, que probablemente sea una representación de uno de sus hijos perdidos en sus abortos.

Diego y yo (1949)

Se trata de un autorretrato de la artista llorando y en su frente otro retrato de Diego con su tercer ojo.

En Cultura Wow hablamos anteriormente de esta obra y se vendió por decenas de millones de dólares convirtiendo a Frida en la artista latina más cotizada.

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Viva la vida (1954)

Se cree que este es el último cuadro pintado por Frida antes de morir. Esta obra es una celebración de la vida. Sin embargo, la sandía es una fruta asociada a los esqueletos de los días muertos. Una vez más, la vida y la muerte están representados en un cuadro de la artista.

Sin embargo, el cuadro encapsula un tono optimista.

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