Síndrome del impostor y el agotamiento laboral

¿Sientes cierto agotamiento profesional? Incluido el ¿Emocional? Has comenzado a cuestionarte el ¿por qué trabajar? Y el valor que aportas cuando crees que “otras personas hacen el trabajo mucho mejor”.

El síndrome del impostor es un problema ya conocido entre las personas con formación académica profesional. Pero investigadores también se han venido interesando en el vínculo que existe entre este síndrome y otro malestar profesional: el síndrome de desgaste profesional o el de sentirse “quemado” en el trabajo.

Comprender cómo es que estas dos condiciones interactúan entre sí, puede evitar que se desestabilice la vida profesional y la deserción de empleados.

Mujer cansada frente a su laptop. Síndrome del impostor y el agotamiento laboral
Foto de Anna Tarazevich en Pexels

Una persona que hace llamarse Fiona para proteger su identidad y prestigio profesional le dice a la BBC:

La gente parece pensar que lo estoy haciendo bien, pero realmente no creo que sea así. Esto siempre me ha hecho pensar que podría estar haciéndolo mejor y que la gente duda de mí.

A pesar de que he llegado a la posición en la que estoy, todavía no creo en mí misma. Otras personas parecen hacerlo, pero no siento que esté justificado.

Fiona es una gerente senior de unos cuarenta años que trabaja en la industria de la construcción del Reino Unido. Ella ha pasado su carrera luchando contra el síndrome del impostor: un temor de no merecer realmente el éxito que tiene.

Su estrés de cuestionarse a sí misma de forma constante se ha visto agravado por las ansiedades de la pandemia y la presión que siente derivado del trabajo remoto. Fiona afirma que se siente agotada todos los días.

Vínculo entre el Síndrome del Impostor y el Agotamiento laboral

Hombre con sus manos en la cara expresando frustración. Síndrome del impostor y el agotamiento laboral
Foto de Mikhail Nilov en Pexels

El síndrome del impostor también es llamado el fenómeno del impostor. Este, se manifiesta de forma diferente entre las personas; esta condición, hace que las personas tengan la creencia de que son un fraude intelectual, a pesar de que la evidencia muestra lo contrario.

Las personas con este síndrome, sienten a menudo la necesidad de trabajar en exceso para cumplir con sus responsabilidades laborales y evitar quedar expuestas.

Pueden tener grandes logros, pero es posible que eviten asumir desafíos para evitar fallarle a las demás personas. Su éxito lo atribuyen a la suerte o al trabajo duro, más que a su destreza o inteligencia, y temen que su éxito las lleve a recibir otras oportunidades que las hagan fallar.

Ciertos estudios sugieren que hasta el 70% de las personas han experimentado el Síndrome del Impostor en algún momento.

Algunas investigaciones afirman que este síndrome podría traer beneficios como la motivación a las personas para conseguir nuevos logros, pero también existe una evidencia de que el estrés que genera esta condición puede ser agotador y afectar la salud mental.

En 2016, un estudio realizado a estudiantes de medicina en EE.UU. con el fenómeno del impostor, demostró que tenían mayores niveles de: cansancio, agotamiento emocional, cinismo y despersonalización. Síntomas similares a la definición del agotamiento por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Una encuesta internacional realizada por la plataforma de administración del trabajo Asana, en EE.UU., a 10.000 trabajadores, demostró que el 42% creía haber experimentado el fenómeno del impostor y un agotamiento prolongado. La encuesta se basó en que las personas evaluaran su propio agotamiento.

Según el doctor neurocientífico cognitivo Sahar Yousef:

Cuando ves a una persona que sufre del síndrome del impostor, es más probable que sufra agotamiento profesional. Y las personas que están exhaustas tienen más probabilidades de sufrir el síndrome del impostor.

No está claro por qué ambas condiciones se entrelazan cada vez más, pero un factor clave es que el síndrome del impostor se manifiesta como otra dimensión del agotamiento. O como lo define la OMS: “sentimientos de ineficacia profesional”.

Cuando alguien experimenta este tipo de síndrome, esta persona siente que sin importar lo que haga, no es suficiente. Se siente la persona más ineficaz del equipo de trabajo. Una tendencia al perfeccionismo de la persona con el fenómeno del impostor hace que cada reto se vuelva muy estresante.

El agotamiento suele aparecer luego de cientos o tal vez miles de ciclos de estrés incompletos. Dice Yousef.

Clare Josa, autora del libro Ditching Imposter Syndrome, afirma que existe una estrecha relación entre el fenómeno del impostor y el agotamiento, donde “el mecanismo de lucha, escape o congelación del cuerpo se atasca”.

Josa, realizó un reciente estudio con 2000 trabajadores en Reino Unido y EE.UU. y encontró que un 62% de personas lidian con estos sentimientos de impostor a diario.

Según las respuestas, Josa pudo concluir que cerca del 34% de las personas encuestadas tenían un alto riesgo de agotamiento inminente. Dijo además, que este síndrome es un potente factor que predice si alguien está o no en riesgo de sentirse agotada profesionalmente.

Según alguien que la ayudó en su investigación:

Siento que si estoy en el centro de atención, todos verán si cometo un error. Así que hago todo lo posible para no ir allí.

Cómo prevenir el síndrome del impostor

Según Anne Raimondi, directora de operaciones y de negocios de Asana, afirma que los trabajadores de la generación Z son los que tienen más probabilidades de decir que están luchando contra el fenómeno del impostor y el agotamiento.

Lo atribuye también a los desafíos únicos de los jóvenes al iniciar carreras durante la pandemia.

Hombre alzando sus manos viendo un documento y preguntándose con frustración. Síndrome del impostor y el agotamiento laboral
Foto de Mikhail Nilov en Pexels

Concluye que al ser incapaces de observar en persona a sus colegas, se les dificulta adaptarse a la dinámica del lugar de trabajo, sin límites claros entre trabajo y su vida personal, y sin gozar de momentos de retro alimentación y tranquilidad que son cruciales para generar la confianza profesional. Por esto, es fácil ver cómo el personal subalterno podría comenzar a sentir que no pertenece a un rol en específico y a sentirse abrumado.

Según Josa un desencadenante crucial para que ocurra el síndrome del impostor es la menopausia en las mujeres, o el ascenso a altos cargos; también, lo son las madres que trabajan un grupo de alto riesgo.

Josa dice que, el punto de partida al intervenir a una persona con este síndrome es reconfigurar la respuesta del cerebro al estrés, “para que no tenga esa respuesta inconsciente de lucha, huida o congelación”.

Pero para abordar el problema a fondo, dice que las empresas deben hacer más para revisar la cultura en que “todo se ha convertido en una emergencia” y en las que las personas se sienten en la obligación de rendir más y soportar la adversidad, en lugar de hablar sobre su bienestar.

Según Yousef y Raimondi, es fundamental alertar a los profesionales a construir sus propios límites en su trabajo para que tomen tiempo para restablecerse mentalmente después de momentos estresantes.

Yousef, dice también que las personas más jóvenes que trabajan deben involucrarse con mentores que les ayuden a encajar, y así evitar esos sentimientos de impostor desde un momento temprano. “Me encantaría que educáramos a nuestros hijos incluso desde la escuela secundaria sobre lo que sucede cuando trabajas demasiado”.

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