Diplomático, filósofo y político florentino, Nicolás Maquiavelo (1469 – 1527) fue una de las personas más reconocidas del Renacimiento italiano. Es considerado el padre de la política de la era moderna y en 1513 escribió su obra más conocida: El príncipe.
Fruto de sus conocimientos históricos y experiencia, Maquiaveloconfigura su teoría política. Enseña a Laurencio de Médicis cómo debe gobernar: el objetivo principal es mantener el poder. Un príncipe debe ocuparse de la guerra. Debe obrar con virtud, la cual consiste en salir beneficiado de cualquier asunto o situación.
Le enseña también que la razón de Estado, su asentamiento firme y conservación, es el pilar de su doctrina política.
Por culpa de sus propuestas carentes de caballerosidad y de dignidad moral, tuvo una fama miserable que ha perdurado en el lenguaje común hasta nuestros días: se dice que alguien es maquiavélico cuando tiene tendencias hacia la falsedad, la traición y la perfidia.
Frases célebres de Nicolás Maquiavelo
- Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos
- Cuando se hace daño a otro es menester hacérselo de tal manera que le sea imposible vengarse
- Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse
- En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven
- No pasa de ser natural que los príncipes deseen extender sus dominios, y cuando no intentan nada más que lo que pueden lograr, son aplaudidos. Sin embargo, si son incapaces de lograrlo, se les condena, y a decir verdad, no sin razón
- Los hombres son tan simples y se sujetan a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte halla siempre gente que se deja engañar
- La política no tiene relación con la moral
- El que quiere ser tirano y no mata a Bruto y el que quiere establecer un estado libre y no mata a los hijos de Bruto, solo por breve tiempo conservará su obra
- El príncipe debe hacer uso del hombre y de la bestia: astuto como un zorro para evadir las trampas y fuerte como león para espantar a los lobos
- Hay tres clases de cerebros: el primero discierne por sí, el segundo entiende lo que los otros disciernen y el tercero no entiende ni discierne lo que los otros disciernen. El primero es excelente, el segundo bueno y el tercero inútil
- El mejor procedimiento para sostener un estado consiste en poseer armas propias, halagar a los súbditos y mantener amistad con los vecinos
- Todos los estados bien gobernados y todos los príncipes inteligentes han tenido cuidado de no reducir a la nobleza a la desesperación, ni al pueblo al descontento
- Aunque el engaño sea detestable en otras actividades, su empleo en la guerra es laudable y glorioso, y el que vence a un enemigo por medio del engaño merece tantas alabanzas como el que lo logra por la fuerza
- Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira
- El odio produce temor, del temor se pasa a la ofensa
- Los hombres trabajan o por necesidad o por elección, y se sabe que la virtud tiene mayor imperio donde se trabaja más por necesidad que voluntariamente
- Dios no quiere hacerlo todo, para no quitarnos el libre albedrío y aquella parte de gloria que os corresponde
- Los cimientos principales de todos los estados son las buenas leyes y las buenas armas, y no puede haber buenas leyes donde no hay buenas armas
- Todos los profetas armados han triunfado; todos los desarmados han perecido
- En un gobierno bien constituido, la guerra, la paz y las alianzas son discutidas en tanto cuanto sirvan no para la satisfacción de unos pocos, sino para el bien común
- Un buen ciudadano, por amor al bien público, olvida las injurias personales
- Creo que el verdadero modo de conocer el camino al paraíso es conocer el que lleva al infierno, para poder evitarlo
- No son los títulos los que honran a los hombres, sino que los hombres honran a los títulos
- La promesa dada fue una necesidad del pasado; la palabra rota es una necesidad del presente
- El hombre olvida más fácilmente la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio
- El único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir libre es destruirla
- La guerra debe ser el único estudio de un príncipe. Debe considerar la paz sólo como un tiempo de respiración, que le da tiempo para inventar, y proporciona la capacidad de ejecutar planes militares
- Es mucho más seguro ser temido que amado porque el amor es preservado por el vínculo de obligación que, debido a la bajeza de los hombres, se rompe en cada oportunidad para su ventaja; pero el miedo te preserva por un temor de castigo que nunca falla
- Se es odiado tanto por las buenas obras como por las infames
- Es doblemente placentero mentir al impostor
- El primer método para estimar la inteligencia de un gobernador es mirar los hombres que tiene a su alrededor
- De la misma manera que se necesitan las leyes para conservar las buenas costumbres, éstas son necesarias para el mantenimiento de las leyes
- Donde hay buena disciplina, hay orden y rara vez falta la buena fortuna
- La experiencia siempre ha demostrado que jamás suceden bien las cosas cuando dependen de muchos
- En tiempos de paz hay que pensar en la guerra
- Es de gran importancia disfrazar las propias inclinaciones y desempeñar bien el papel de hipócrita
- La patria se debe defender siempre con ignominia o con gloria, y de cualquier manera estará defendida
- Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen
- Cuando la voluntad es grande, las dificultades no lo son
- La paz con la esclavitud es más pesada carga que la guerra con libertad
- Los hombres deberían ser tratados generosamente o destruidos, porque pueden vengarse de las lesiones leves, de las fuertes no pueden
- Los pueblos, aunque ignorantes, son capaces de comprender la verdad, y fácilmente ceden cuando la demuestra un hombre digno de fe
- La tardanza nos roba a menuda la oportunidad y roba nuestras fuerzas
- No hay nada más difícil de emprender, ni más dudoso de hacer triunfar, ni más peligroso de administrar que la elaboración de un nuevo orden
- El que quiere ser obedecido debe saber mandar
- De la humanidad podemos decir en general que son volubles, hipócritas y codiciosos de ganancia
- No estoy interesado en preservar el status quo; quiero derrocarlo