En Japón, un bosque sorprende al fotógrafo Daniel Kordan. No solo es una suerte viajar a los lugares más extraordinarios del mundo, lo es además, que la naturaleza te sorprenda con su belleza y toda su magia para poder capturar y hacer inmortal ese instante.
A través de estas fotos este bosque se ve mágico. Es como si fuera perteneciente a una filmografía del maestro Miyazaki, que nos adentra a un mundo de fantasía recreado por la belleza natural.
Daniel Kordan es un fotógrafo especialista en capturar fenómenos ocurridos en los paisajes más impresionantes de la tierra y en esta ocasión, Kordan viajó a Japón con el fin de captar uno de los espectáculos naturales más fascinantes, la temporada de apareamiento de las luciérnagas.
A través de estas fotografías, se logra apreciar a los insectos vibrar e iluminarse formando trayectorias entre los troncos de bambúes, los arbustos y lo el verde vivo del bosque.
Para crear estas imágenes, Kordan reconoce que debió tener mucha paciencia, además, de cierto conocimiento obtenido de los lugareños.
Ver luciérnagas es muy emocionante. Llegas antes de la noche para buscar un lugar, planear la composición, hablar con fotógrafos locales para comprender las mejores condiciones, te sientas en la silla y esperas. Esperas un milagro, y cuando la primera luciérnaga se ilumina, eres feliz como un niño.
Esta serie de fotografías está compuesta por cientos de imágenes, pues tanta belleza, no puede mostrarse en una sola foto.
Las luciérnagas para aparearse necesitan ciertas condiciones: agua limpia, aire cálido y húmedo sin lluvia y un espacio completamente oscuro.
La iluminada danza de apareamiento comienza cuando el macho muestra un patrón específico de vuelo y espera que una hembra responda. Si la hembra logra cautivarse por el brillo del macho, esta responderá con su destello propio y así, ambas luciérnagas entablarán una parpadeante conversación hasta aparearse.
No hay duda que el amor ilumina todos nuestros caminos.