El síndrome de ilegitimidad está cada vez más presente en las personas, son mentes inquietas que saben de todo un poco, pero nada en profundidad. Esto, generalmente ocurre cuando recorremos una formación académica difusa y heterogénea.
Estudiaste ingeniería y también filosofía. Sabes de diseño gráfico, te apasiona el marketing y sabes algo de varios idiomas, pero te frustras porque sientes que nada te va bien. Sin percatarte, acumulas formaciones dispares solo por el mero deseo de aprender, pero descuidando un rumbo de formación claro y objetivo.
Así, existen personas que se gradúan en psicología, y acaban por ejemplo realizando un máster en historia. Otras personas por ejemplo, estudian un idioma y sin terminarlo inician otro y se quedan en niveles elementales sin lograr una buena competencia en alguno. Toda esa trayectoria de aprendizaje difusa termina teniendo un costo, y es el de no lograr la experticia en nada.
Una sociedad competitiva, necesita perfiles especializados que dominen una disciplina determinada. No es común ver psicólogos expertos en desarrollo de software o físicos con un máster en biología. Por lo regular, se buscan personas bien formadas en una rama concreta.
Sin embargo, el síndrome de ilegitimidad no solamente es impulsado por los individuos. En muchas carreras universitarias, el amplio listado de asignaturas hace que muchos estudiantes perciban que saben de todo un poquito, sin ser realmente competentes en nada.
Qué ocurre entorno al síndrome de ilegitimidad
Este síndrome se manifiesta de muchas maneras y no debe ser confundido con el síndrome del impostor.
Las personas que se perciben con autopercepción de ilegitimidad piensan que saber de muchas cosas les limita para hacer algo en concreto. Son perfiles generalistas porque acumulan muchas competencias, estudios y habilidades. Pero este tipo de formación les sitúa en desventaja frente a otras personas con perfiles más especializados.
Al día de hoy, la demanda de personal especializado es más elevado. Por ejemplo, ya no solo se necesita ingenieros informáticos, se necesitan ingenieros informáticos expertos en análisis de datos, etc. La necesidad de tener profesionales más especializados surgió al finalizar la segunda guerra mundial.
Para impulsar el desarrollo y la reconstrucción de las ciudades durante esa época, se solicitaba mano de obra hábil, experta y eficaz en áreas concretas. Esa demanda originó un nuevo marco en el ámbito laboral y de formación que está vigente ahora mismo.
Cuando asumes que careces de talento
Si sientes que sabes “de todo un poco” y nada de manera competente y profunda, lo más probable es que te observes como una persona carente de talento porque no sobresales en algo concreto. Sin embargo, esta es una visión sesgada sobre lo que es el talento.
Es normal que en las escuelas digan que un niño o niña tienen más talento para algo porque destacan en ello. Pero trabajos de investigación como los realizados en la Universidad de Mendel indican algo importante y diferente.
El talento es algo que surge a partir de la motivación. Porque sin esfuerzo y voluntad ese talento queda en nada. Pero no todo es malo, a las personas con conocimientos variados si les mueve un impulso: adquirir siempre conocimiento.
Cuando las personas tienen conocimientos en varios ámbitos, pero no sobresalen, se perciben así mismas como un fraude. Esto las hace optar por trabajos inferiores a sus estudios porque se perciben como “no expertas”.
Consecuencias del síndrome de la ilegitimidad
Una consecuencia directa de este síndrome ocurre en el momento de conseguir un empleo. Las personas terminan sus carreras y formaciones, pero se perciben como incompetentes para sobresalir en un cargo. Cuando miran las ofertas de empleo se sienten que no están a la altura.
Son personas que dudan constantemente de su legitimidad porque no se perciben como “expertas”. Estas personas experimentan el peso de la comparación social de la que habla el psicólogo social Leon Festinger: las personas nos obsesionamos a veces en pensar que las demás son mejores que nosotros.
Vales más de lo que piensas
Si eres de esas personalidades curiosas, sedientas de conocimiento y con una formación heterogénea, tienes mucho talento y gran potencial. Estos tiempos están cambiando y ahora mismo se está valorando mucho más la flexibilidad. Ya es común que muchos profesionales se ven obligados a formarse en otras áreas porque el mercado laboral está cambiando rápido.
En una sociedad dinámica, los perfiles generalistas y heterogéneos son valiosos. Porque son personas con múltiples competencias y habilidades transversales. Son las llamadas personalidades T o renacentistas (Personas con habilidades en varias áreas).
El síndrome de la ilegitimidad afecta, pero tarde o temprano, esas personas que la padecen descubren que su auténtico talento no es otro que la propia pasión por el aprendizaje.