Gracias a Internet, artistas crean sus obras con influencias e inspiraciones que observan en cualquier lugar del mundo, de cualquier cultura o folclore de una manera simple, sin la necesidad de visitar ese lugar en específico.
Las telecomunicaciones, las plataformas y medios de interacción social, permiten transferir conocimiento desde distintos lugares. Incluso, el idioma ya no es una barrera, porque se tienen herramientas traductoras para transmitir mensajes.
Es por eso que parece curioso que Vincent Van Gogh se haya influenciado e inspirado en el arte, cultura y folclore de un país que nunca visitó, el País del Sol Naciente.
La historia de amor entre Japón y Van Gogh se observa claramente a través de muchas de sus obras; es notable, que fueron fuertemente inspiradas en los grabados japoneses. Fascinado por maestros del siglo XIX como Utagawa Hiroshige y Katsushika Hokusai, Van Gogh lograría coleccionar más de 600 grabados nipones.
Es notorio que las técnicas aplicadas por Van Gogh fueron asimiladas a los grabados japoneses, él aplicó estas técnicas de una manera más sutil, en la medida que formó su propia visión de estética japonesa a través de los años.
En el año 2018, el Van Gogh Museum preparó una exposición llamada “Van Gogh & Japan” donde se evidencia su pasión por el arte japonés mientras vivía en París.
En esta exposición, las personas pudieron ver obras de Van Gogh como “Almendro en flor” o “Cortesana” y cerca de un centenar de obras de su propia colección personal.
Entonces, es muy curioso que pese a la tecnología de la época, Van Gogh haya logrado plantar en su esencia como pintor la cultura y folclore oriental sin visitar el lugar.
Logró de forma inteligente fusionar su técnica con su fuente de inspiración para crear obras únicas que pueden ser fácilmente reconocidas por el pintor con un toque especial japonés.
Fuente: Van Gogh Museum