El amor lo mueve todo y autores como: Neruda, Benedetti, Storni, Sor Juana Inés de la Cruz, Vallejo, Paz, Borges, Burgos, Sabines, Nervo, Montejo, Alegría y Nazoa; nos regalan a través de su pluma todo un viaje romántico donde el amor es la fuerza, el objeto y la pulsión.
Las personas que hemos sido tocadas por el ala de la inquieta ave del amor, que un día se nos esconde y al otro come de nuestra mano, comprendemos el vaivén de las emociones que estos poemas de amor traen para nosotros.
En esta oportunidad, resaltamos el sueño por un amor ideal, la ansiedad, la felicidad de un amor correspondido, la entrega del cuerpo y también, de esos amores fugaces que se convierten en historias bellas que contar.
También tenemos una completa colección de poemas de amor para enamorar
Poemas de amor de autores latinoamericanos
El Enamorado
Jorge Luis Borges (1899-1986). Argentina
Para un alma enamorada el mundo entero pierde total importancia. La atención, se destina completamente en el ser amado, de tal forma, que la vida cotidiana finge su curso natural.
Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.
Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.
Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.
Dos palabras
Alfonsina Storni (1892-1938). Argentina
Hay palabras con cansancio de tanto decirse. El discurso del amor se tiñe de lo cotidiano, de lugares comunes. Sin embargo, existe un suspiro, una forma de mirar, un cierto tono en la voz que comprueban el sentido de las dos palabras “te amo”.
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras
¿Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!?
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.
Ese beso
Claribel Alegría (1924-2018). Nicaragua-Salvador
El cuerpo es Símbolo, alianza, unión. Un beso es la puerta a un abismo…
Ese beso de ayer
me abrió la puerta
y todos los recuerdos
que yo creí fantasmas
se levantaron tercos
a morderme.
Amor prohibido
César Vallejo (1892-1938). Perú
Con este amor proscrito, César Vallejo toca el corazón. Además revela la paradoja de la vida: el amor, algo divino, se vuelve, ocasión de pecado.
¡Subes centelleante de labios y de ojeras!
Por tus venas subo, como un can herido
que busca el refugio de blandas aceras.
¡Amor, en el mundo tú eres un pecado!
Mi beso en la punta chispeante del cuerno
del diablo; mi beso que es credo sagrado!
Espíritu en el horópter que pasa
¡puro en su blasfemia!
¡el corazón que engendra al cerebro!
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste.
¡Platónico estambre
que existe en el cáliz donde tu alma existe!
¿Algún penitente silencio siniestro?
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor!
… Y saber que donde no hay un Padrenuestro,
el Amor es un Cristo pecador!
Tus ojos
Octavio Paz (1914-1991). México
Para un amante, los ojos de un ser amado es donde residen sus inquietudes, esperanzas y miedos. El amante está como hechizado por la mirada del otro.
Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
o toño en un claro del bosque en donde la luz canta en el hombro de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.
Me gusta cuando callas (Poema XV)
Pablo Neruda (1904-1973). Chile
El amante contempla a su amor. En el silencio, observa, desgrana y profundiza sobre el misterio que yace bajo sus ojos.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Esclava mía, poema de Pablo Neruda
Te seguiré callada
Julia de Burgos (1914-1953). Puerto Rico
En su camino, esconde su amor el amante, como si fuera un motivo de vergüenza, como si fuera objeto de pretensión o algo indigno. Un alma amante humilde y solitaria, se alegra en su camino, en los breves instantes de inspiración.
Te seguiré por siempre, callada y fugitiva,
por entre oscuras calles molidas de nostalgia,
o sobre las estrellas sonreídas de ritmos
donde mecen su historia tus más hondas miradas.
Mis pasos desatados de rumbos y fronteras
no encuentran las orillas que a tu vida se enlazan.
Busca lo ilimitado mi amor, y mis canciones
de espalda a los estático, irrumpen en tu alma.
Apacible de anhelos, cuando el mundo te lleve,
me doblaré el instinto y amaré tus pisadas;
y serán hojas simples las que iré deshilando
entre quietos recuerdos, con tu forma lejana.
Atenta a lo infinito que en mi vida ya asoma,
con la emoción en alto y la ambición sellada,
te seguiré por siempre, callada y fugitiva,
por entre oscuras calles, o sobre estrellas blancas.
El naufragio
Eugenio Montejo (1938-2008). Venezuela
La unión de dos cuerpos y la sexualidad es un océano en el que felizmente, naufragan dos cuerpos. Es una unidad, un nuevo cuerpo.
El naufragio de un cuerpo en otro cuerpo
cuando en su noche, de pronto, se va a pique…
Las burbujas que suben desde el fondo
hasta el bordado pliegue de las sábanas.
Negros abrazos y gritos en la sombra
para morir uno en el otro,
hasta borrarse dentro de lo oscuro
sin que el rencor se adueñe de esta muerte.
Los enlazados cuerpos que zozobran
bajo una misma tormenta solitaria,
la lucha contra el tiempo ya sin tiempo,
palpando lo infinito aquí tan cerca,
el deseo que devora con sus fauces,
la luna que consuela y ya no basta.
El naufragio final contra la noche,
sin más allá del agua, sino el agua,
sin otro paraíso ni otro infierno
que el fugaz epitafio de la espuma
y la carne que muere en otra carne.
Te quiero
Mario Benedetti (1920-2009). Uruguay
Para el poeta el amor se torna cotidiano, velador de sueños e inspiración matutina. Sin embargo, existe otro amor sobre el misterio del amante. No se presenta al otro como fuerza, sino como aliento y compromiso.
El amor no es una prisión, es libertad de ambos alcanzada por horizontes compartidos.
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
Tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
Te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
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Contiene una fantasía contenta con amor decente
Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695). México
Para esta poeta, el amor es la dulce seducción y amenaza a la vez. Le canta al amor como si fuera energía pura que atrae con la fuerza de un tirano.
Deténte, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.