De manera involuntaria, nuestro cerebro hace un meticuloso repaso de todas nuestras preocupaciones.
Si eres de esas personas que hacen un repaso de sus preocupaciones, sabrás de lo que te hablamos. No tienes un descanso reparador, despertar es difícil y el agotamiento durante el día es continuo, perdemos la concentración incluso para las tareas más sencillas y al llegar la noche, el ciclo vuelve a comenzar.
Antes de dormir, repasas cada acontecimiento o circunstancia sin perder detalle, y a pesar de ser consciente de apagar como si tuvieras un interruptor a la mente y permitir descansar, ahí vuelves y caes durante horas.
Desearíamos que todo fuera así de fácil. Ojalá pudiéramos llegar a la cama y con tan solo poner la cabeza en la almohada estar profundos. Pero es difícil, sin importar que tengamos las mejores condiciones para descansar, la mente es desobediente y es una fábrica de preocupaciones.
Algunas veces, el cerebro es tan malvado, que no le basta con hacer un inventario de todos los problemas existenciales que tenemos. Hay días en que de forma involuntaria hacemos una compilación de todos nuestros momentos más tristes, angustiantes o vergonzosos de nuestras vidas.
Casi sin darnos cuenta, la almohada y las emociones se mezclan para hacernos un clima mucho más adverso, evitando así que llegue nuestro tan esperado descanso.
Si pasas por todo esto, te gustará saber que es un fenómeno de salud mental muy común y que tenemos estrategias para manejarlo.
Cuando me da por pensar en la noche en mis defectos, me quedo dormido inmediatamente. Oscar Wilde.
¿Por qué repasas tus preocupaciones antes de dormir?
Normalmente podrías elegir tus pensamientos más amables, confortables y felices. Pero la mente es selecta a la hora de seleccionar el material mental con el que trabaja.
Y a pesar de que te sigues preguntando ¿Qué es lo que pasa? El origen de este estado no es otro que la ansiedad.
Las personas con algún trastorno latente de ansiedad son quienes más evidencian estos estados de preocupación que dificultan el descanso nocturno. De hecho, que el cerebro sufra un pico ansioso en el momento antes de dormir, responde a un mecanismo evolutivo.
Evaluar situaciones para sobrevivir y desempeñarnos mejor
Tú cerebro es el resultado de miles de años de evolución. Esto, es sin duda una ventaja, pero aún existen ciertos fallos de “fábrica” aún no resueltos. Estos pequeños errores, hacen referencia al modo en el que seguimos enfrentando los desafíos cotidianos, ya sean grandes o chicos.
En nuestra era moderna ya no cazamos y recolectamos, ya no vivimos en entornos salvajes que pongan en riesgo nuestras vidas, pero el cerebro reacciona del mismo modo: procesando amenazas constantes. Y la noche sumada al silencio, es el momento idóneo para evaluar situaciones y desempaño para detectar alertas o riesgos.
Al repasar tus preocupaciones, el cerebro no tarda en ver alerta roja hasta en los aspectos más mínimos. Si crees que actuaste de manera poco asertiva en el trabajo, el cerebro interpreta que te pueden despedir. Si piensas en ese último mensaje que no te ha respondido un nuevo amor, al poco concluyes con que no le interesas.
El cerebro tiende de forma casi instintiva en centrarse antes en los problemas que en las vivencias positivas. Lo hace por su tendencia innata a evaluar para desarrollar estrategias de actuación y poder seguirnos adaptando y sobrevivir.
El trastorno de ansiedad latente
Diferentes estudios, como las realizadas por el doctor Luc Staner en el laboratorio del sueño FORENAP en Rouffach (Francia), concluyen con que los trastornos de ansiedad están directamente relacionados con los trastornos del sueño.
Condiciones como el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno de estrés postraumático ocasionan que no puedas dormir bien y placenteramente.
Al repasar tus preocupaciones antes de dormir, caes en un ciclo de pensamiento rumiante. Esto no ocurre solo al final del día. Las ideas autocríticas navegan de manera latente todo el tiempo. Pero en la noche, ese diálogo interno sube el volumen y tiene mayor presencia.
De otra forma, también es de señalar que personalidades altamente perfeccionistas, también suelen caer en estos laberintos nocturnos de sufrimiento.
Más que los problemas, nuestro mayor desafío lo ponemos en cómo afrontamos todo eso que nos quita el sueño. Dar vueltas a esas realidades y reforzar un enfoque negativo y pasivo intensifica el malestar.
Qué hacer para dejar de pensar en exceso antes de dormir
Cuando las preocupaciones caen sobre ti justo al momento de relajar tu cabeza sobre tu almohada noche tras noche, la salud física y mental se ven afectadas. La falta de sueño sigue intensificando la ansiedad ya existente.
Es necesario hacer cambios. Debes focalizarte en dos áreas: Tener una higiene del sueño y manejar el propio trastorno del estado de ánimo.
Sigue las siguientes recomendaciones
- Aprende técnicas para resolver problemas.
- Dedica una hora al día en concreto a dar solución a aquello que nos produce ansiedad (programación de preocupaciones).
- Realizar técnicas de respiración profunda y de relajación en el día a día.
- Realiza las mismas rutinas a la hora de acostarnos y levantarnos.
- Procura leer antes de dormir, leer relaja y nos aleja de nuestras preocupaciones.
- Desconecta los aparatos electrónicos dos horas antes de acostarnos. Las pantallas actúan como estimulantes y dificultan el descanso.
- Evitar comer justo antes de dormir.
- Evitar el ejercicio físico antes de dormir.
Para finalizar, Entiende que no es fácil educar tu mente para que baje el volumen de las preocupaciones. Sin embargo, siempre estas a tiempo de instaurar rutinas y enfoques para que llegues a una calma psicológica y no de alarma constante.