El grito (Skrik) de Edvard Munch

El título original de esta obra es Skrik y está en la Galería Nacional de Oslo, Oslo Noruega. Es un cuadro pintado con técnicas como: óleo, pastel y temple; tiene unas dimensiones de 91 cm x 74 cm. Esta obra hace parte del movimiento artístico denominado Expresionismo.

Pintura El Grito (Skrik) de Edvard Munch
Pintura “El Grito” (Skrik) de Edvard Munch

Munch realizó diferentes versiones del mismo a lo largo de los años. Sin embargo, la versión original y más famosa fue terminada en 1893 y se encuentra en la Galería Nacional de Oslo, Noruega. Otras dos versiones se encuentran en el museo de Munch de la misma ciudad; una cuarta, vendida recientemente es de propiedad privada.

Descripción de la obra

Esta obra es un ícono cultural. Pues a parte de su reconocimiento, ha sido incorporada a la cultura popular a través de parodias que realizan artistas contemporáneos.

Esta obra es una figura andrógina de primer plano que posee un gesto de angustia agresivo y de fuerza psicológica. La escena, es un sendero con vallas que se aleja en una perspectiva diagonal y en el fondo se logran ver dos personas con sombrero muy ajenas a lo que ocurre con la figura principal.

En este cuadro prevalecen colores cálidos de fondo. En el cielo arremolinado, se observan tonos naranjas. El sendero y resto del paisaje parecen iluminados de forma semioscura. Finalmente, las formas se retuercen y los colores están aplicados de forma arbitraria.

Más allá de contradecir la realidad, la forma en que se aplicó el color expresa un sentimiento de angustia y desesperación.

El ritmo y la vibración es muy importante en esta obra. El logro destacado de esta obra es cómo Munch logró dimensionar el sonido y el ritmo visual.

Una de las discusiones más populares de este cuadro tiene que ver si el personaje principal grita u oye un grito. Para algunos especialistas, se cree que el personaje en primer plano estaría reaccionando ante un grito y no emitiendo alguno; por ello, la expresión es de perturbación del protagonista.

Significado del cuadro El Grito

Todo el mundo amante del arte y la cultura conoce este cuadro. Sobre este abundan libros, tesis y millones de publicaciones en Internet. Esta pintura tiene un mensaje muy potente: la descripción del humano moderno en su momento de profunda angustia y desesperación existencial.

El grito, es un mensaje universal comprendido a través de sexos, razas y nacionalidades. Por esto, este cuadro es considerado una de las pinturas más importantes de la historia del arte.

Edvard Munch se inspiró en su propia vida para pintar este cuadro. Una vida atormentada: su madre muerta, sus hermanas enfermas, los problemas con su padre, el alcohol, las armas y sus trastornos mentales de depresión y bipolaridad, llevaron a este artista a crear esta obra cargada de angustia y desesperación.

Esta pintura consolida la angustia existencial de las personas modernas en la transición al siglo XIX, de grandes cambios tecnológicos, enfrentados al sentimiento de soledad y desaliento. De otra forma, también el cuadro se ha catalogado como una representación del hombre artista atormentado.

Munch cuenta en su propio diario de dónde surgió la idea

Paseaba por un sendero con dos amigos – el sol se puso – de repente el cielo se tiñó de rojo sangre, me detuve y me apoyé en una valla muerto de cansancio – sangre y lenguas de fuego acechaban sobre el azul oscuro del fiordo y de la ciudad – mis amigos continuaron y yo me quedé quieto, temblando de ansiedad, sentí un grito infinito que atravesaba la naturaleza.

Estas líneas en su diario quedaron plasmadas en esta pintura. En principio, iba a ser la figura de un hombre trajeado, sin embargo, quedó sorprendido con una momia peruana de rasgos andróginos que observó tras una visita en París. Entonces, decidió cambiar al protagonista y así exacerbar mucho más su mensaje existencialista.

Momia peruana expuesta en el Musée de l’Homme (París)
Momia peruana, hoy en el Musée de l’Homme (París)

Por otra parte, El grito también está influenciado por la obra de Van Gogh que Edvard Munch vio en París. Al observar el trabajo del artista holandés, Munch supo al fin cómo plasmar emociones profundas en sus obras.

El grito no es la obra más bonita, pero fue exitosa en sus críticas. Las personas acudían en masa a observar la obra y hubo mucha controversia en torno a ella. Incluso, se les recomendó a las mujeres embarazadas no ver la pintura.

Finalmente, El grito se convirtió en uno de los cuadros más importantes y famosos de finales del siglo XIX. Al día de hoy, se considera una especie de Mona Lisa moderna.

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