El amor, poema de Francisco Hernández

El amor, rodeado casi siempre por un antojo
de olvido, avanza resuelto hacia las trampas
creadas para cazar osos con piel de leopardo
y serpientes con plumaje de cóndor.
Y el amor sobrevive a las heridas y ruge,
voladora, la envidia de los venenosos.

Según este poeta, el amor camina por una selva peligrosa y a pesar de sus luchas por vencer sobre las trampas y las heridas que se abren. El amor siempre vence.

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