En Japón las relaciones entre personas están influenciadas por tres ideas: el deber, el honor y la obligación. En su conjunto, estos valores se conocen como giri (義理) y se diferencia por ser una costumbre contraria al individualismo encontrado en la cultura occidental.
Otro tipo de relaciones interpersonales son las denominadas uchi-soto (内外); uchi (内), significa adentro y soto (外), significa afuera. Estas relaciones pueden variar mucho según la situación: los uchi pueden ser su propia familia, compañeros y amigos.
Características generales de la cultura japonesa
- Las conductas “deseables” o “morales” son practicadas de manera más formal frente a personas consideradas como superiores o desconocidas. Algo que no ocurre en entornos familiares, escolares o en relaciones de amistad
- Se practica el Nemawashi (根回し), que consiste en la preparación cuidadosa y seria de un proyecto, demostrando así la armonía aceptada y respetada de la cultura
- Una característica que diferencia la cultura de Japón comparado al resto del mundo es su idioma
- El sentido del humor es intrincado y para muchas personas difícil de comprender. Esto, debido a que está estrechamente vinculado a su cultura, la ética, el idioma y la religión.
- Según el antropólogo Alan Macfarlane, Japón es la única “cultura no eje” grande e indivisible del planeta. Sin embargo, ha adoptado diferentes filosofías de ejes como el budismo y el confucianismo. Según este antropólogo describe a esta cultura como tribal porque todo es interdependiente; es decir no se logra hacer distinción entre arte, economía, familia, política y religión.
- La lógica, el pensamiento y la moral cambian dependiendo del contexto y el entorno
- Las religiones practicadas son: sintoísmo (a veces considerada la religión indígena), el budismo del siglo V, el taoísmo y el confucianismo
- Hoy en día, los nombres japoneses se están intentando escribir según la antigua práctica de escribir el apellido primero
Arte japonés
Pintura
Como el pincel ha sido la herramienta de escritura tradicional, la expresión artística a través de la pintura ha sido algo muy natural. Por tanto, las técnicas nativas japonesas siguen vigentes, así como las técnicas tomadas de Asia y Occidente.
En la antigüedad (período de Heian 794 – 1190) el arte japonés era decorativo y elegante. Las imágenes eran dibujos o pinturas realizados en tinta a color y eran llamados pintura yamato-e (大和絵). La ilustración era narrativa y ornamentada de forma simple. El retrato animal era muy común y se utilizaba mucho el humor satírico típico japonés.
En el período de Muromachi (1333 – 1573), la pintura tenía un carácter romántico por sus tonos y tenía la intención de acercarse a un paisaje y experiencia natural, utilizando técnicas con tintas en negro adoptadas de China. Al final del período surgió un estilo decorativo rico en oro y plata.
En el período Azuchi-Momoyama (1573 – 1614) se aumentó mucho más el uso del oro. Pero, algunos artistas se orientaron más a una visión zenista de la era Muromachi volviendo a la naturaleza y a la simplicidad.
Durante el período Edo (1615 – 1866) comenzaron a existir imágenes del mundo flotante, un género basado de grabados en madera producidos durante los siglos XVII y XX. Sus artistas se especializaron en todo tipo de géneros: historia, mitos populares, paisajes, actores Kabuki, luchadores de sumo, mujeres hermosas y escenas eróticas. Fue popular porque muchas personas pudieron adquirir este tipo de obras.
Escultura japonesa
La escultura en Japón fue derivada de las tradiciones budistas y shinto. Una de las esculturas más antiguas pertenece al período Jōmon, Dogū (土偶), y este estilo estaba asociado a las diosas; más adelante, aparecieron los Haniwa(埴輪) que representaba caballos, edificios y personas.
La escultura se volvió monumental con la llegada del budismo en el siglo V. Como no existía algún tipo de tradición, se adoptaron las imágenes budistas, la escultura china y coreana como tal. Al principio, el bronce era el material más utilizado para estas obras, sin embargo, también se utilizó arcilla y barniz finalizando el siglo VII.
El período Nara (siglo VII), fue la edad de oro de la escultura japonesa. Y con más de 14 metros de altura y fundido en bronce, el gran Buda se convirtió en la obra más notable de la época. El escultor más conocido para la época era Jōchō, quien vivió en el siglo XI y su estilo fue ampliamente imitado.
Cuando Japón se abrió a occidente en el siglo XIX, su escultura no adoptó formas occidentales de forma exitosa. Sin embargo, escultores como Takamura Kōun, combinó la tradición japonesa con los estilos occidentales.
Cerámica japonesa
La cerámica es muy valorada y apreciada en Japón. Existen alrededor de 30000 personas dedicadas a esta artesanía de forma independiente.
Según el radiocarbono, la producción de obras en cerámica se remonta al período Jōmon, hace unos doce mil años, lo que hace de la cerámica japonesa la más antigua del mundo. A partir de los años 400, surgió un nuevo tipo de cerámica influenciada por Corea. Sin embargo, ha mantenido su originalidad.
Desde el siglo XVI, el arte de la cerámica se asoció con la ceremonia del té, donde se inspiró en una tradición coreana más realista.
Arquitectura
La arquitectura japonesa ha sido fuertemente influenciada por la china, que a su vez, su diseño es más fuerte en la arquitectura budista, que se instauró con la llegada de esta filosofía de vida durante el siglo V.
El material tradicional para la construcción en Japón es la madera y esta es utilizada principalmente para crear columnas de carga, que permiten una estructura interior flexible con paredes ligeras y móviles.
Hoy en día, la decoración en la arquitectura tradicional no es popular y los elementos visuales más predominantes son las formas rectas de los edificios y la posición dominante de los techos.